La Juventud Radical se expresa sobre los horarios de los boliches
El debate que se platea esta tarde nos coloca en una situación que requiere definiciones que exceden el marco de las prohibiciones para avanzar en la visión que la sociedad salteña tiene y se forma en torno a las atribuciones y la función propia del estado.
La Unión Cívica Radical siempre ha sido clara al respecto de la relación que debe expresarse entre la sociedad civil y el estado, entendiendo la necesidad de establecer mecanismos de control y resguardos específicos de los ámbitos y las potestades de cada una de éstas esferas.
Esta posición de carácter doctrinario nos obliga a manifestarnos en torno a la tentación permanente del estado para avanzar respecto de las libertades que el poder debe garantizar a la sociedad civil.
Estas afirmaciones no implican la negación del necesario uso de la facultad ordenadora del estado respecto de la vida en comunidad, en última instancia partimos de la idea que es el estado el espacio donde se concentran las relaciones de poder y el ámbito donde se delegan las facultades propias de los individuos para garantizar la plena convivencia social. Pero esta delegación no es una “carta blanca” respecto del poder, la evolución histórica del estado nacional y el fortalecimiento en el estado de derecho establecen limites al uso del poder estatal con el objeto de que este no se transforme en un modelo despótico y absoluto, en consecuencia, que su ejercicio se realice de modo tal que la autonomía de la sociedad civil y el respeto por la libertad individual sea garantizados permanentemente.
Por ello es que vemos con preocupación la propuesta elevada a este foro, por que creemos que con su aceptación pasiva e indiscutida, se esta corriendo la línea que separa las potestades públicas de la autonomía individual, aceptando, la sociedad civil, una restricción profunda respecto a su capacidad de autodeterminación.
Que la situación por la que atraviesan nuestros jóvenes es problemática respecto de las actividades de esparcimiento y diversión, particularmente las actividades nocturnas, no es nada nuevo, abundaríamos esta exposición en plantear un análisis de la cuestión; además, que el estado debe asumir su rol de ordenador, es otra verdad que cae por su propio peso, pero que la sociedad civil manifieste su voluntad de que el estado intervenga en las decisiones que son propias de la potestad y la autoridad familiar es preocupante.
Puesto que si el estado debe decidir a que hora podemos salir, jóvenes y adultos, sobrepasando con su potestad represiva, la voluntad individual y la autoridad paterna, entonces, podríamos abrir el debate respecto a facultarlo para decidir a que escuela debo enviar a mis hijos, que carrera universitaria seguir, como vestirnos o que comer y eso es lo que queremos manifestar esta tarde y desde allí platear nuestra oposición al proyecto en cuestión, en tanto que no sea capaz de garantizar la libertad de elección y no afirme la autoridad paterna, pues lo único que provocaría es una mayor desintegración de la unidad familiar y una transferencia crítica de potestades individuales a las decisiones de los funcionarios públicos; y de verdad les digo, señores, quiero ser yo quien decida sobre la educación de mis hijos!.
La lucha histórica de nuestro centenario partido es la lucha por las libertades cívicas y por ello es que, más allá de oponernos al proyecto en cuestión, queremos hacer un llamado a la conciencia de nuestros comprovincianos a fin de no dejarnos engañar por los “cantos de sirenas” que presentan a las hiper regulaciones estatales como mecanismos eficientes para el orden social, pero que en el fondo provocan concentración de poder.
La dignidad del hombre, su necesario ejercicio, la igualdad y por sobre todo su libertad, es eje de la lucha histórica de todos los movimientos y fenómenos políticos y sobre esos principios es importante pensar entonces, la acción del estado.
Si los boliches cierran a la una, a las tres o a las diez de la mañana, no creo que sea un problema que tiña a las políticas de estado, es más bien el ejercicio de la potestad reguladora de éste en torno a su capacidad delegada para mantener el orden de la ciudad, pero que sean los padres los que soliciten tal medida es un problema que desdibuja los años de lucha por las libertades civiles.
Pero yendo a un plano político práctico en torno a las restricciones propuestas, ¿verdaderamente se espera que los jóvenes, no contenidos en sus hogares regresen a ellos?, pues, el problema no es de horarios, sino de autoridad y la transferencia propuesta no es la alternativa. Como resultado de tales medidas, entonces, seguramente nos encontraremos con jóvenes y adultos transitando sin rumbo por las calles de la ciudad y entonces, lógicamente, se deberá dictar otra nueva prohibición, ahora a la libre circulación de las personas después de determinadas horas, un hecho más que aberrante para nuestra democracia y que pone en jaque los límites del estado de derecho.
Por lo demás, nos encontramos con otro fenómeno, la ineficiencia crónica de un sistema público de transporte que permita una rápida movilidad, lo que sumado a las ordenanzas orientadas a retirar del casco céntrico las zonas de locales bailables hacen un cóctel de medidas discontinuas y descortinadas que evidentemente requerirán de altos niveles de represión para su efectivo cumplimiento.
Prueba de esta descoordinación normativa son las urgentes regiones entre legisladores de los diferentes estamentos para lograra unificar normas al respecto, cuestión innecesaria si la función pública es asumida con coherencia y profesionalización y no de manera demagógica.
Otro argumento escuchado es el de los excesos que los jóvenes cometen respecto de drogas o alcohol, señores, ¿verdaderamente se piensa en que la restricción horaria provocará la reducción del consumo?, nuevamente estamos atacando las consecuencias y no las causas, ¿acaso no existen los organismos de control de estado a fin de reprimir las conductas que surgen como inadecuadas?, ¿será que más que represión necesitamos una efectiva política de prevención, no solo referida a la famosa contención, sino que apunte a que los organismos públicos encargados de reprimir las conductas antisociales funcionen correctamente?.
Existe una tendencia permanente de todos los gobiernos neoliberales disfrazados de populares, de delincuentelizar a los jóvenes, ser joven parece ser sinónimo de violencia, marginalidad y delincuencia, entonces, la sociedad y el estado responde con menos libertad con menos apoyo y más represión, ¿no será hora de revisar francamente las conductas públicas, los ejemplos que los líderes políticos, sindicales, militares y sociales en general le dan a los jóvenes, no será el momento de replantear la aplicación de políticas que en los papeles muestran desarrollos fantásticos y que en la práctica se traducen solo en más exclusión, desigualdad y frustración?, creemos fervientemente que el debate que aquí se inicia no se agota a las tres de la mañana, creemos que es un debate que debe extenderse al corazón mismo de la sociedad, para terminar de una vez por todas con la hipocresía y la ficción.
Pero en términos concretos, señores, desde la Juventud Radical de Salta, nos oponemos a un proyecto de ley que bajo excusas permita la perdida de libertad de los ciudadanos y acepte la intromisión descarada del estado en la formación de nuestros hijos.
· Creemos necesario restablecer los matinees, pensando en locales bailables y de esparcimiento provistos con los recaudos necesarios para que los menores asistan sin exponerse a abusos de todo tipo y con diversiones acordes a sus expectativas, bajo el control del estado en el marco del uso de su potestad.
· Creemos que es necesaria la instalación de locales específicos de venta de alcohol en la ciudad, los que más allá del horario de atención, sean exclusivos en la venta de bebidas alcohólicas, avanzando en el control respecto de la reventa de tales bebidas y la falsificación de documentación.
· Creemos fundamental estimular, desde las instituciones de educación formal, la práctica de deportes y la realización de competencias intercolegiales permanentes y periódicas.
· Se debe asumir con sinceridad el rol de los padres en interrelación con el sistema educativo, como orientadores y co-responsables de la formación de los jóvenes.
· Es clave el diseño de un sistema centralizado de información sobre planes, programas y proyectos destinados a la población juvenil y sus familias. Para ello proponemos la creación de la Secretaría de Política Juveniles con rangos administrativos que le permitan un real funcionamiento.
· Creemos que es importante redefinir el rol social que cumplen los estadios Padre Martearena y Delmi, a fin que en tamaños espacios públicos, los jóvenes de las barriadas encuentren permanentes actividades recreativas.
· Creemos central refuncionalizar el balneario municipal de zona norte, abarcando parte del espacio público perteneciente al río, como así también explicitar una política orientada al aprovechamiento de los espacios verdes de Avenida Bolivia.
· Creemos importante redefinir el modo de asignaciones de becas provinciales y municipales, asignando partes de su presupuesto a becas artísticas y deportivas para alumnos que se destaquen en las instituciones educativas. Promoviendo de este modo la aplicación de los esfuerzos de nuestros jóvenes en tareas edificantes y provechosas para el cuerpo y el espíritu.
· Creemos importante realizar campañas de mejora de la imagen institucional de las instituciones de control y seguridad para que efectivamente éstas se instalen como opciones en el imaginario colectivo.
· Creemos necesario dotar a las instituciones de control municipal y provincial de eficientes sistemas de comunicación inmediata para la identificación de infractores a las normas generales y acompañar esta gestión con una real profesionalización de los empleados asignando recursos salariales, materiales y simbólicos acordes a la tarea que realizan.
· Creemos importante profesionalizar a las fuerzas de seguridad para que actúen sobre las causas de los conflictos y no sobre las consecuencias, dotándolas de cuerpos especializados y los recursos materiales necesarios.
Entonces, cuando de la libertad se trata es importante asegurarla por todos los medios, es importante que tengamos en cuenta que las políticas deben ser acordes, ordenadas y sistematizadas y que el valor fundamental a destacar es la autonomía del individuo, su dignidad frente al poder y que el estado es el ordenador, pero no debe transformarse en el rector de la vida cívica, pues, entonces, de un estado de derecho pasaremos a tener un estado policíaco con potestad para dirigir la vida de un grupo de individuos pasivos.
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