EN DEFENSA DE LA LIBERTAD Y EL ESTADO DE DERECHO

Hay cuestiones que no pueden esperar, la concentración de poder y los errores conceptuales que el gobierno provincial demuestran escudándose en el slogan de la necesidad del crecimiento y el desarrollo, parecen haber llegado a su límite.

Vastas zonas de la ciudad y del interior provincial están sin agua potable, porque la empresa no realiza, ni realizará, las obras correspondientes, la energía eléctrica tiene picos y bajas de tensión, como resultado de la obsoleta red y la falta de inversión, los productores están sin gas oil por falta de previsiones y un juego de toma y daca respecto del gobierno nacional, rutas que se asfaltan sin más sentidos que el aumento del valor de propiedades sobre las cuales hay intereses de antemano y espacios verdes que se venden a precios viles, para continuar con el monopolio comercial de unos pocos y todo ello bajo el nombre del progreso.

Pero debatir sobre el otorgamiento de poderes especiales al Gobernador de la Provincia para realizar expropiaciones de tierras (aun en nombre del progreso) es el colmo de la soberbia e inmadurez, de la falta de reacción política de los legisladores y la ausencia de un verdadero compromiso con las instituciones de la república, la libertad y sobre todo la seguridad. Si la república instituye un modelo de división de poderes, garantizado por el estado de derecho, es porque la concentración es el esquema negativo, violatorio de los más mínimos principios para la vida en comunidad, y si dentro de ese modelo, se establece un esquema de control y balanceo del poder, es porque la concentración excesiva ha traído graves consecuencias para la libertad y la seguridad individual y colectiva.

Entonces, ¿como es posible que en el estado de derecho tan solo pensemos en la posibilidad que un actor decida sobre la seguridad, propiedad y libertad de los ciudadanos, sin más debate y sin más excusas que su voluntad?, si esto es así entonces, no solo nuestros poderes estatales estarían violando los principios más caros de la república, sino que nos entregaríamos como mansos corderos al decisionismo (aún al colectivo) que no puede traer más consecuencias que la fractura social.

Salta, 22 de noviembre de 2006

Susana Gispert Federico Núñez Burgos

Ateneo Juana Azurduy JR Salta